Después de Dos Días de un agotamiento extremo necesitaba una tarde tan complaciente como la de hoy.
Escenario 1: Recostada sobre algunas piedras, la corriente fría de un río claro masajeaba mis ombros y terminaba con una sueve cosquillas en los deditos de mis pies. Los rayos del sol simulaban agujitas de acupuntura, se iban incrustando muy lento llenándome de energia y tranquilidad.
Mientras, el reencuentro con una prima q hacia unos 15 años q no veía.
Entre charlas y risas nos dimos cuenta q no solo la sangre nos unía, ya no era la única oveja negra de la flia, o perro verde.
Escenario 2: Todos pescaban, y como no habian más cañas decidí sentarme en medio de la arcilla a mirar como caía el Sol. Dibuje tantas cosas, escribi otras sobre el suelo. El sónido del río me tranquilizó tanto q' me fui.
En un momento se acercó mi papá: -volvé, deja de volar- dijo con una voz sumamente preocupada. Siempre se preocupa demasiado. A veces, en sus ojos, veo q en un tiempo pasado era igual a mi; volaba tanto como yo, escribia tanto como yo y cantaba junto a mi y su vieja guitarra. Heredé tantos gustos de mi viejo, tantos, q' a veces me irrita q' reniegue de verlos en mi.
En fin, volví de mi cuelgue y pude mirar todo lo q habia hecho en el suelo. Mis manos estaban llenas de barro y comicamente vino a mi cabeza "Pasajera en Transe". El sol, seguí ahi, tratando de escapar de un día más. Corrí a la camioneta a traer la cámara, saque un par de fotos del producto de mi cuelgue y me fui a escuchar La Máquina de hacer Pájaros.
Una tarde de SPA FREE.
martes, 5 de febrero de 2008
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